4 abr 2024

Mi adolescencia y juventud

Cuando tenía 13 años, mis padres tomaron la decisión de mudarse a un pueblo, y debo decir que el cambio fue extremadamente difícil para mí.

Antes de la mudanza, asistía a un colegio exclusivamente para chicas, donde se valoraban los buenos modales y el respeto mutuo. Sin embargo, al llegar al colegio del pueblo, me encontré con un ambiente completamente diferente, casi como una selva, donde parecía que solo sobrevivían los más fuertes, y lamentablemente, yo no era uno de ellos.

En este nuevo lugar, presencié agresiones hacia los profesores, lo cual te da una idea de lo que los demás podían hacerle a una niña con baja autoestima que se sentía inferior a todos. Sufrí un fuerte acoso, lo que comúnmente se conoce como "bullying", durante muchos años. Los niños se burlaban de mí, me utilizaban como objeto de burla constante e incluso llegaron a abusar de mí en alguna ocasión. Fue una experiencia muy dolorosa.

Todo lo que yo deseaba en aquel entonces era encajar, tener amigos y ser parte de algo. Tenía tantas carencias de amor que lo buscaba desesperadamente en cada interacción. Realmente fue una época muy dura para mí. Experimentaba agresiones tanto en casa como fuera de ella, y muchas veces me sentía tan sola y desdichada que prefería no existir.


Aunque el acoso y los insultos, especialmente hacia las mujeres, eran lamentablemente parte de la cultura en aquella zona, tuve la fortuna de cruzarme con un grupo de chicas maravillosas, dos de las cuales siguen siendo grandes amigas mías, Puri y Ana.

Finalmente, logré sobrevivir al período escolar en aquel pueblo, que podría compararse a una selva salvaje; afortunadamente, fueron solo dos años. Luego de eso, llegó el momento de reflexionar sobre qué hacer con mi vida. No sentía interés en seguir estudiando, no era algo que me atrajera ni veía como una necesidad. Además, en mi entorno nadie tenía carreras universitarias ni aspiraciones a ellas. Sin embargo, tampoco quería quedarme en casa, eso sería una pesadilla. Fue entonces cuando decidí formarme como Auxiliar de Enfermería, y así comenzó lo que sería el principio de un cambio significativo en mi vida.

Los dos años de formación profesional fueron verdaderamente enriquecedores. Por primera vez, empecé a destacar académicamente, obteniendo sobresalientes. Me apasionaban las clases y me enamoré de la enfermería. Resulta curioso cómo a lo largo de mi vida he descubierto que quienes más deseos tienen de ayudar son a menudo quienes más necesitan ayuda. Además, durante este período, finalmente encontré un grupo de amigas con las que me sentía querida y comprendida. Ellas conocían mi situación en casa, y yo aprendí sobre sus propias luchas y heridas generacionales.

Cuando tenía 17 o 18 años, la situación en casa se volvió completamente insostenible. Mi padre seguía descargando su rabia y frustración en mi madre y en mí. Fue entonces cuando decidí irme a vivir con mi abuela, donde permanecí un par de años antes de independizarme. Desde entonces, nunca más volví a vivir con mis padres; era el momento de iniciar mi propio camino, aunque aún me sentía bastante perdida en él.

A los 23 años, conocí a un chico de Barcelona y decidí seguirlo. Trabajé arduamente durante ese verano para ahorrar lo suficiente y poder alquilar una pequeña habitación en un piso compartido en Barcelona. En esta ciudad, comencé mis estudios universitarios en enfermería mientras trabajaba en un hospital como Auxiliar de Enfermería. Fue así como conocí a la que hoy es mi suegra.

Las cosas con el chico de Barcelona no funcionaron y, después de tres años de carrera universitaria viviendo juntos, decidimos separarnos. Este fue un año muy difícil para mí. Estaba en una ciudad grande y extraña, mi abuela falleció, rompí con mi novio y me fui de su casa. Las cosas en el trabajo tampoco estaban bien; no es fácil ser "la enfermera novata". Fue entonces cuando encontré un libro maravilloso llamado "Usted Puede Sanar su Vida" de Louise Hay. Este libro marcó el comienzo de mi camino de autoconocimiento y crecimiento personal, abriendo las puertas hacia la vida maravillosa que disfruto hoy en día.

Y luego, conocí a mi marido, porque cuando la Vida te cierra una puerta, te abre una ventana aún más grande, bonita y luminosa. Un día, mi compañera de trabajo me invitó a tomar café en su casa, y ahí conocí a su hijo, el hombre más maravilloso del mundo y el padre de mi hijo.


¡Que tengas una maravillosa vida!💗

Este blog se fundamenta en mis experiencias personales y en cómo mi infancia ha influido en mi vida, así como en mi actual búsqueda de crecimiento personal. Aunque este contenido puede equipararse al de un profesional de la salud mental, es importante tener en cuenta que no soy uno. Si crees que estás enfrentando problemas mentales o emocionales, te recomiendo encarecidamente que busques ayuda profesional. Personalmente, cuento con una terapeuta excepcional que me brinda un gran apoyo en este proceso que comparto contigo.
Este blog es una exposición de mis percepciones y opiniones personales; por lo tanto, no tiene la intención de brindar ningún tipo de tratamiento o terapia.


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