El crecimiento personal es un viaje emocionante que todos deberíamos emprender al menos una vez en la vida. Es un viaje lleno de giros y vueltas que nos lleva a lo más profundo de nuestro ser, donde descubrimos nuevas capas de nosotros mismos y nos convertimos en versiones mejoradas cada día.
Sin embargo, este viaje de auto-mejora debe comenzar con la aceptación de quiénes somos en este momento. Enojarse y frustrarse con uno mismo solo agrega más obstáculos en el camino. En cambio, abrazar nuestras imperfecciones con amor y paciencia nos permite avanzar de manera constante hacia nuestro mejor yo.
Una forma poderosa de cultivar esta autoaceptación es mediante la práctica de escribir. Toma un momento para reflexionar sobre las cosas que no te gustan de ti mismo, aquellas áreas que deseas cambiar o mejorar. Luego, comienza cada frase con la palabra 'acepto'. Este simple ejercicio puede abrir las puertas hacia un mayor autoconocimiento y aceptación, allanando el camino hacia un viaje de evolución continua y empoderamiento personal.
Aqui va mi ejemplo:
Me acepto tal y como soy. Acepto mis temores al rechazo y a la confrontación. Acepto mi miedo a no sentirme buena persona, a no ser lo suficientemente buena. Todo esto tiene que ver con mi miedo al rechazo.
Acepto mi dolor, acepto la muerte de mi padre, la enfermedad de mi hermano; el miedo a la enfermedad y a la muerte en general. Acepto las cosas horribles que viví en mi infancia. Acepto saber de lo que es capaz el ser humano. Acepto el dolor mío y el dolor del mundo. El dolor, la guerra, el hambre y el sufrimiento son parte del mundo. Es triste, pero es así.
Acepto mi falta de autoestima. Acepto mis temores, aceptaré mis preocupaciones cuando las tenga. Aceptaré esos días en los que no me siento bien.
Acepto mis necesidades de satisfacer a otros. El miedo al enfrentamiento, a que algo malo ocurra. Acepto mis sentimientos de vergüenza.
Acepto que la confrontación me hace sentir mal. Si la otra persona me ofende, hiere mi orgullo. Pero si la ofendo yo, me siento culpable.
Acepto mi miedo a fracasar, el miedo a no devolverle nada al mundo de todo el bien que recibo cada día.
Acepto mi cólera, acepto mi enfado hacia la gente que me ha ofendido o dañado alguna vez de alguna manera. Acepto mi enfado hacia esta gente que me ha sacado de su vida.
Acepto que hay gente falsa y envidiosa. Hay gente hipócrita. Las acepto y le pido a Dios por ellos.
Acepto el duelo, la pérdida, el extrañar a seres queridos; lo que se fue y ya no es. Lo efímero de la vida.
Acepto el dolor que me causa el dolor ajeno.
Acepto que a veces me siento perdida, vacía y sin rumbo.
Acepto mis elecciones, acertadas o no. Aprendo de ellas y evoluciono desde ahí.
Acepto mi entusiasmo. Es una bendición. Acepto que algunas personas no me vean como alguien serio porque soy una persona alegre y por mi falta de seguridad en mí misma. No me importa.
Acepto las creencias que aprendí de pequeña. Acepto mis limitaciones.
Acepto que soy diferente, pero debo poner límites.
Está bien pedir ayuda. Esta bien cambiar de opinion. Es correcto librarme de responsabilidades que no son mías.
Me acepto a mí misma tal y como soy, con mis defectos y virtudes. Sin embargo, el hecho de que acepte la vida y mis emociones como las veo, como las siento, no significa que permaneceré pasiva ante ellas. Sigo trabajando cada día para mejorarme a mí misma y para regalar al mundo todo el potencial que llevo dentro.
¡Que tengas una maravillosa vida!💗
Este blog se fundamenta en mis experiencias personales y en cómo mi infancia ha influido en mi vida, así como en mi actual búsqueda de crecimiento personal. Aunque este contenido puede equipararse al de un profesional de la salud mental, es importante tener en cuenta que no soy uno. Si crees que estás enfrentando problemas mentales o emocionales, te recomiendo encarecidamente que busques ayuda profesional. Personalmente, cuento con una terapeuta excepcional que me brinda un gran apoyo en este proceso que comparto contigo.
Este blog es una exposición de mis percepciones y opiniones personales; por lo tanto, no tiene la intención de brindar ningún tipo de tratamiento o terapia.